Principal instrumento de Política de Estado y Proyecto Educativo de País
Reunión del 3 de marzo de la Comisión Mixta del IV PNDE constituida por representantes de varias instancias del MEN; la Comisión Gestora del PNDE, la Federación Colombiana de Educadores FECODE; el Movimiento de Transformación Educativa y Pedagógica MTEP, El Sistema de Universidades Estatales SUE, la Red de instituciones de Educación Superior REDTTU, la Asociación de Normales Superiores ASONEN como grupo generador de una amplia participación nacional en la construcción del Plan.
Foto: Juan Pablo Gómez MEN
Colombia emprende un cuarto intento de contar con un instrumento de política de largo plazo que lo guíe hacia una transformación educativa que sea a su vez la piedra angular de una transformación social.
Las políticas de estado y los mecanismos que permiten instrumentarlas son indispensables para indicar horizontes o metas de país de largo plazo que convoquen a todos los actores sociales y concentren las energías nacionales para avanzar hacia ellas. Y esto tiene mucho sentido, porque las transformaciones importantes toman tiempo y no se logran en el término de un sólo gobierno.
Esta es la ruta que han seguido países que han logrado identificar un propósito colectivo lo suficientemente poderoso para que toda la sociedad se motive a perseguirlo. La China y los países del sudeste asiático son los mejores ejemplos.
Este cuarto plan nacional decenal de educación busca superar la falta de realizaciones y avances de los tres planes anteriores y de otros instrumentos de prospectiva del país como las recomendaciones de las misiones de sabios y para ello se propone un objetivo y una ruta de acción:
Objetivo del IV PNDE
Concertar el IV PNDE como el principal instrumento de planeación estratégica, política de estado y Proyecto Educativo de País.
Ruta de Acción 2025
Para lograr este objetivo se abordarán las siguientes tareas:
1. Foros institucionales, municipales, departamentales y nacional. Serán un espacio privilegiado para construir el IV PNDE de manera participativa, con estudiantes, docentes, familias, comunidades, desde la más remota institución y con los sectores sociales, empresariales, y demás, en todos los municipios, distritos, y departamentos para llegar al Foro Educativo Nacional de noviembre con una propuesta educativa de país.
Esta propuesta, rescata el espíritu del artículo 164 de la Ley 115 de 1994, o Ley General de Educación en la que prescribe que los foros educativos se crean “con el fin de reflexionar sobre el estado de la educación y hacer recomendaciones a las autoridades educativas respectivas para el mejoramiento y cobertura de la educación”
Es decir, los foros originalmente se pensaron como un mecanismo de gobernanza, de construcción participativa de la política pública educativa y seguimiento de la misma. Este espíritu fue ahogado por el paradigma educativo vigente que privilegia lo homogéneo, lo estandarizado y la centralización. La nueva propuesta es un paso importante para rescatar estos espacios de construcción colectiva de las comunidades educativas y la sociedad en general.
Si se garantiza una amplia participación inicidente de toda la nación, se le confiere a este IV Plan Nacional Decenal de Educación un carácter más vinculante que los anteriores por ser formulado y apropiado por la sociedad.
2. Cumbre Nacional por el Derecho a la Educación. Se llevarán a cabo varios encuentros temáticos por el territorio nacional relacionados con lo que hoy se considera nodal para el Sector Educativo, como por ejemplo la necesaria transformación del paradigma educativo, la equidad, la justicia social, la justicia ambiental, la educación para la paz y la financiación entre otros asuntos prioritarios.
Resulta muy oportuno revivir la conversación nacional sobre la problemática asociada al pleno derecho a la educación, que en Colombia no se cumple, y que fue ahogada por el hundimiento del proyecto de ley estatutaria del derecho a la educación. En Colombia se ha impuesto el enfoque de servicio educativo sobre el de derecho; es decir, un servicio al cual, si es de calidad, sólo acceden quienes lo pueden pagar. Esto contradice la esencia del derecho que, para que lo sea, debe ser universal y gratuito; es decir, asequible y accesible para toda la ciudadanía independiente de su poder adquisitivo.
Y también resulta oportuno revisar qué entendemos por derecho a la educación, pues se ha posicionado la visión equivocada que este se refiere sólo lograr un cupo en un establecimiento educativo. Se suele dejar de lado que el derecho se cumple plenamente si la educación habilita a una persona para desarrollarse como ser humano integral; es decir, en lo cognitivo, lo físico lo mental, lo estético, lo político, lo espiritual, lo cívico y lo social. Esto se traduce en que la educación debe darle a una persona las herramientas para insertarse en la sociedad de una manera digna, significativa y relevante y no sólo para ser pieza del engranaje productivo del país.
Las estadísticas y sistemas de información del DANE, el MEN, el ICFES, el Índice del derecho a la Educación IDE iluminan parte de la realidad educativa, pero no son suficientes para mostrar aquellas dimensiones del derecho a la educación sobre las cuales no se cuenta con datos o para las que no hemos intentado generar mecanismos para visibilizarlas y de ese modo gestionarlas para propiciar su logro.
Un ejemplo de esto es que sabemos cuántos profesores tienen un título de posgrado pero no cuál es la calidad y pertinencia de la enseñanza o el impacto de la formación avanzada de los docentes en la formación de los estudiantes.
Determinamos los resultados en cuanto a compencias básicas de lectoescritura, pero no el desarrollo de la capacidad de participar de manera consciente y democrática en la sociedad.
Es decir, el riesgo es tomar los datos, que son una condición necesaria para evaluar las dimensiones del derecho a la educación, como si fueran condición suficiente para garantizarlo.
3. Agendas Estratégicas del MEN
El MEN propone abordar asuntos sectoriales prioritarios en educación inicial, básica, media y educación superior, del ICETEX, del ICFES entre otros.
Estos pueden ser espacios en los cuales abordar asuntos como la crisis educativa causada por el pico en materia de repitencia y abandono, la financiación; el FOMAG y la dignificación de la profesión docente; la financiación de la educación superior pública y el proyecto de ley que hace su trámite en el Congreso de la República para este fin y, en general, qué papel tiene la institucionalidad del Sector en la transformación educativa.
4. Evaluación del III PNDE
Es necesario que se haga una evaluación final del III PNDE no sólamente desde el punto de vista técnico, sino que es necesaria una reflexión crítica sobre la brecha en el cumplimiento pleno del derecho a la educación y sobre la falta de de visión de largo plazo que caracteriza a nuestro país y que nos limita para revelar problemas críticos y las formas mediante la cual los podamos gestionar, solucionar y evaluar.
Los colombianos y colombianas tenemos otro chance para concertar un poderoso instrumento para agenciar, durante una década, la necesaria e impostergable transformación educativa para garantizar el pleno derecho a la educación o ser “otra oportunidad desperdiciada” como lo dijo el informe final del Segundo PNDE.
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